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Nací en Sofía, capital de Bulgaria, hace ya más de 80 años. Llegué pequeño a Venezuela y usurpé la nacionalidad de acá, lo cual me ha valido mucho. He sido guerrilero, profesor universitario, diputado, ministro, candidato a presidente, editor de periódicos y hasta mujeriego, padre y abuelito...

domingo, 24 de julio de 2011

Luben Petkoff y Arnaldo Ochoa, pirartas del Caribe


Arnaldo Ochoa y Luben Petkoff  en una
de las tantas misiones de contrabando caribeño

En 1975, una vez pacificados Los Petkoff, mientras Teodoro calentaba un curul en el Congreso, la democracia representativa daba un empleo (no un trabajo, nunca trabajó) a Luben en la Cantv. La cual le sirvió de fachada mientras registraban Inversiones Foktep, la compañía que utilizaron para legitimar las mil y una trampa a los ``multimillonarios rojos'', como eran conocidos en La Habana, porque Luben capitalizó el bloqueo comercial a la isla de Martí. Los negocios con Cuba y a través de Cuba le dieron excelentes oportunidades de penetrar las mafias del Caribe. Durante muchos años contrabandeo armas, municiones y drogas utilizando a Cuba como puente, eso sí, en sacos de cemento.

Durante sus aventuras “libertadoras” y luego “comerciales” estrechó lazos económicos con el conocido general Arnaldo Ochoa, del ejército cubano, quien por cierto había participado en el fallido desembarco en Falcón. El contrabando y los ilícitos entre la isla y el continente permitieron a Luben, a Ochoa y al propio Teodoro obtener recursos para continuar sus particulares causas revolucionarias.

Parte del avaluo presentado por Luben Petkoff
sobre propiedades en Chacao
Curiosamente, a finales de los años 80, Ochoa y otro grupo de militares de la revolución fueron enviados al paredón por el propio Fidel Castro, luego que una minuciosa investigación reveló los negocios que con el narcotráfico realizaba el hombre ancla de los hermanos Petkoff en La Habana.

En su testimonio ante el juicio, el general Ochoa hizo referencia constante a un "amigo extranjero" que le había propuesto la venta y transporte de narcóticos utilizando a Cuba como puerto intermediario. Luego, un agente cubano encubierto de nombre Masetti, en 1991, reveló que el susodicho extranjero era el búlgaro Luben Petkoff, quien en la década del 60 había participado en un movimiento guerrillero en Venezuela con apoyo de La Habana.

Para el 31 de enero de 1997, según un balance comercial preparado por Silverio Da Costa Ferro, Luben Petkoff Malec declaraba un patrimonio cercano a los 500 millones de bolívares de la época, es decir, algo más a un millón de dólares. El patrimonio no declarado de los hermanos Petkoff no se conoce, pero se podría estimar en más de 12 millones de dólares para entonces, fruto del comercio ilícito y el lavado de dinero.


Balance de Luben Petkoff. Haga click
sobre la imagen para agrandarla
Entre sus inversiones, además del lote de propiedades pertenecientes a la sucesión Petkoff y traspasadas fraudulentamente a Inversiones Foktep, destacaban importantes porcentajes accionarios en líneas aéreas (Transporte Aéreo Andino, TAAN; Cardinal Air Line; Air Retour); así como inversiones en actividades agrícolas (Agroindustria Guaranito; Silos Barlovento; Finca Parcelamiento R. Lepage, Guaranito).

En materia de agroindustria, Teodoro intervino con sus buenos oficios de ministro en una disputa entre dos bandas mafiosas: por un lado Jesús Márquez, Andrés Lebel y su hermanito Luben versus el árabe Faruk y un colombiano de apellido Balaguer. Ambos grupos se disputaron en Tribunales la propiedad del matadero de pollos de la Empresa Alal de Venezuela en la zona de Turmero, estado Aragua. Teodoro logró con su influencia, en apenas dos visitas a Gisela Parra, Magistrada del Consejo de la Judicatura, la destitución de la juez Adela González, porque había decidido a favor de Faruk, y logró que
Gisela Parra nombrara a una juez partidaria de la causa Petkoff, que finalmente salió victoriosa.

Simultáneamente a esto fue hallado un camión cargado de cocaína en el matadero de pollos Alal de Venezuela. No obstante, no hubo presos ni averiguación de parte de la policía respectiva (esto es fácil de constatar en El Universal de mediados de 1998). Una vez más funcionó la influencia del para entonces ministro de Cordiplan, Teodoro Petkoff.

¿A dónde fueron a parar todos los bienes y negocios dejados por Luben? Su viuda y testaferro de Teodoro, María Teresa Azcuna, ¿habrá cancelado los respectivos impuestos sucesorales?

 Seguramente no. Las autoridades fiscales y judiciales deben tomar cartas en el asunto y poner la lupa sobre los fraudes que Los Petkoff-Malec han venido cometiendo en perjuicio de la República.

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